sábado, abril 19, 2014

Perdón

Platicando hace un par de semanas con un amigo, salió a colación la última persona de la que me enamoré y no funcionó. Recientemente volvió a mi mente dicha conversación y me di cuenta de algunos cambios y algunas cosas que quiero resaltar:

Me enamoré profundamente de él, y aunque desafortunadamente no coincidimos y nuestra relación no pasó de una amistad y aunque el proceso de soltar fue doloroso, no me dejó marcado de forma negativa, sino todo lo contrario. Agradezco infinitamente que se haya cruzado en mi camino. Doy gracias infinitas por lo mucho que aprendí de la vida, de las relaciones y de mí mismo. Le doy infinitas gracias por lo mucho que ayudó en mi desarrollo personal. Y doy gracias porque ese capítulo está más que cerrado; las heridas están completamente sanadas y mi corazón está listo para recibir a un amor verdadero y recíproco.

Por otro lado, durante mucho tiempo afirmé que si lo volvía a ver, no podría saludarlo como si fuéramos los grandes amigos y como si nunca hubiera pasado.
La realidad es que ahora siento que dicha declaración era producto aún del dolor o algo por el estilo. Ahora más bien pienso que si lo viera, le dirigiría una sonrisa y tal vez podría saludarlo y puede que me diera gusto verlo.

¿Por qué? Porque tal como lo dije anteriormente, son aguas pasadas, porque ya no hay historia ni vínculo entre nosotros, porque no cabe en mi corazón el dolor, la tristeza, la amargura, el rencor, sino la bondad, la paz y el PERDÓN.


Toda relación tiene un tiempo. Toda ruptura tieme un proceso. Y si somos capaces de vivir y entender cada etapa a su ritmo adecuado, y sobre todo aprender de cada relación, perdonar y comprender con todo el amor el hecho de que una persona no coincida en nuestro camino, entonces podremos seguir adelante y sobre todo estar listos para recibir a esa persona que sí coincida en nuestra búsqueda y nuestro camino.

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